martes, 15 de noviembre de 2022

España invertebrada de José Ortega y Gasset

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1 comentario:

  1. Difícil comentar un libro en el que se exponen serios e inveterados problemas. Ortega dedica muchas páginas a las causas que, según su parecer, los crearon y mantienen pero, solo en el último capítulo, mezclada con las causas, marca alguna solución. Y ¿Cuál es su panacea? Lo dice muy claro: Imitar al excelente, ansiando ser como él y, de este modo, huir de la insignificancia, la poquedad, y la chabacanería en las que estamos sumidos.

    ¿Es solución? A mí me parece que no. Apuntar al morbo, completa el diagnóstico, pero soslaya el cómo hacer, primero, para sentir ese ansia y, segundo, pata ponerlo por obra con espíritu de sacrificio. Nadie, o muy pocos, nacen con esta disposición. El instinto de supervivencia llega tan solo a la resolución de problemas acuciantes. El resto es aprendizaje, cultura, costumbres adquiridas; en definitiva, civilización.

    Y ¿Dónde y cuándo se aprende? En la escuela, de niño. También en la calle, observando, Son imprescindibles maestros y medios ¿Se busca a los mejores? No. Lo afirman a día de hoy los resultados escolares que se publican año tras año. En los ambientes caseros no podemos, o muy poco, influir. En aportar medios y buenos masetros, sí.

    Respecto de los maestros, digo que, en su mayoría, no se tiene por educadores. Se consideran a sí mismos meros enseñantes, reduciendo el concepto de enseñanza a solo impartir la materia de estudio que propone el ministerio. Ese ministerio aludido es precisamente el de Educación, que es mucho más que solo enseñanza ¿Por qué elude Ortega algo tan importante? Se me ocurre pensar que por ser el mismo elitista y vivir distanciado de las “masas”.

    Sé que Suecia hasta la mitad del XIX ocupaba en el saber un lugar por debajo de España. Políticos, progresistas auténticos, consideraron catapultar el nivel de vida del pueblo común y, con entusiasmo, pusieron en marcha tres pertinentes reformas: la de los caminos, la de la agricultura y la de la enseñanza. Buscaron en el país, y fuera, buenos enseñantes. Se les proporcionó los útiles necesarios y se les pagó salarios excelentes. Cincuenta años después, Suecia ocupaba, y ocupa, un puesto destacado en el planeta.

    Por lo demás, el libro de Ortega rezuma exquisitez. Su lenguaje, tan directo, es entendible para cualquier interesado, Su salpiqueo de metáforas bien traídas hacen que de obra filosófico-social trascienda en literaria,

    J. Manuel León.
    17-XI.2022


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