viernes, 30 de septiembre de 2022

Timandra de Theodor Kallifatides

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6 comentarios:

  1. Comentario de Juan Padilla

    TRIMANDRA Y SU MUNDO
    Para el lector habitual, la obra de KALIFATIDES resulta un verdadero festín para los sentidos.
    TRIMANDRA es una bella historia de amor, evidentemente, de la cual ella es la protagonista principal. La sentiremos desde el comienzo del relato transmitiéndonos los sentimientos que la embargan al contemplar el cuerpo durmiente de Alcibíades y sintiéndola, dolorida, en su último adiós al guerrero, excavando una fosa y colocando sobre ella la roca mayor que puede acarrear.

    TRIMANDRA se diluye entre las líneas de la historia. O, si queréis mejor, nos acompaña en todo momento para mostrarnos la sociedad en la que vive, sus características, sus personajes y los momentos que le toca vivir. No es necesario conocer la Historia para sentirse rodeado de los grandes nombres del pasado y de los personajes que pululan por doquier: hetairas, viragos, efebos, todos los tipos que vienen a componer el paisaje y las formas de vida de aquella sociedad.

    Hay toda una relación de deidades que permiten los mil y un actos acogidos con el beneplácito de un dios. Si contemplamos el cuadro de RAFAEL, los dioses allí reunidos son legión, la mayor parte de los cuales patrocinan cualquier actividad humana. ZEUS, dios del cielo, presidirá el OLIMPO junto con su consorte HERA, diosa del matrimonio y de la fidelidad, enfrentada en el culto a AFRODITA, la diosa del amor, la belleza y la sensualidad, sin olvidar a DIONISO, el más joven, y tal vez el más popular, dios de la sexualidad abierta.
    No hay que olvidar que este es el siglo de PERICLES, en un lugar, GRECIA, que todavía no existe, que solo es una idea por cristalizar, pero que brillará por el esplendor de su cultura, con sus pensadores y filósofos innumerables.

    Luego, las mujeres que han dejado su huella: PENELOPE, ASPASIA, HIPATIA y muchas más.
    En el relato KALIFATIDES resucitará el concepto de libertad en la relación carnal de aquella sociedad. Será uno de tantos puntos de partida en los que la civilización ira matizando las costumbres, cubriendo con el manto moralizante los actos amorosos, que aquí quedan al descubierto.

    Una de nuestras jóvenes escritoras, SARA MESA, nos ha ofrecido el tranquilizador consejo:
    “Es el lector quien debe confrontar los límites de su propia moral”. Felicitémonos de haber descubierto esta obra simpar.

    Juan Padilla Coloma
    1 de octubre de 2022

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  2. ALCIBÍADES EN LA LITERATURA

    Rafaela lillo

    La figuran de Alcibíades ha trascendido en el tiempo, y ha sido recordada en gran medida, tanto en la pintura y la escultura como, en la Literatura. Hagamos un breve recorrido por el Alcibíades de la historia y de la ficción, fijándonos en algunos de los escritores más conocidos de cada época.

    ÉPOCA CLÁSICA

    PLATÓNi: En la obra “El Banquete”, Alcibíades cuenta que ha intentado seducir a Sócrates pero que no lo ha logrado, pues aunque lo ha puesto varias veces en situación, Socrates no ha consentido. En esta obra Alclbíades compara a Sócrates con un sileno, figura o caja muy fea y repulsiva por fuera pero que encierra bienes y joyas preciosas en su interior.
    También aparece Alcibíades en dos “Diálogos” atribuidos a Platón.

    TUCÍDIDES: En la obra histórica “La Guerra del Peloponeso”, Alcibíades aparece muchas veces ya que fue un personaje crucial en muchos momentos importantes de la contienda.

    PLUTARCO: En “Vidas paralelas”, el autor compara a Alcibíades con Coriolano (un militar romano del siglo V antes de C) e incide en las semejanzas y las diferencias entre ambos personajes.

    ARISTÓFANES: En sus obras satíricas se ríe de los discursos de Alcibíades y crítica su forma de ser. En la comedia “Las ranas”, refiriéndose a que Alcibíades, había conseguido que Ciro, el joven, prestase dinero a Lisandro para equipar la flota lacedemonia, escribe: “Lejos de aquí todo el que aconseja a cualquiera que preste a nuestros enemigos dinero para la construcción de naves“.
    También en esta misma obra, dialogan Baco y Eurípides sobre Alcibíades. Eurípides dice: “Detesto al ciudadano lento en ayudar a su patria, pronto en hacerle daño, hábil para el propio interés, torpe para los del Estado”; y Baco, afirma que Esquilo “Lo desea, lo aborrece, y no puede pasarse sin él.”

    SIGLO XVI

    ERASMO DE ROTERDAM: En el adagio titulado “Silenos de Alcibiades”, emplea, Erasmo, para referirse a la Filosofía, la metáfora del sileno, utilizada por Alcibiades para describir a Sócrates, y que, como he comentado, aparece en “El Banquete” de Platón.

    MICHEL DE MONTAIGNE lo nombra varias veces en “Los ensayos”.
    En el Libro I, Capítulo XXV, “La formación de los hijos” dice: “Me he fijado a menudo, con gran asombro en la extraordinaria naturaleza de Alcibíades, capaz de transmutarse tan fácilmente en formas tan distintas, sin perjuicio de su salud —superando a veces la suntuosidad y la pompa persas, a veces la austeridad y la frugalidad lacedemonias; tan comedido en Esparta como voluptuoso en Jonia.

    En el Libro II, Capítulo XXXVI, “Los hombre más excelentes”, escribe: “En lo que respecta no a un santo, sino a lo que llamamos un caballero, de comportamiento sociable y común, de altura moderada, la vida más rica que conozco para ser vivida entre los vivos, como suele decirse, y la más dotada de cualidades ricas y deseables, a mi juicio es, a fin de cuentas, la de Alcibíades.”
    Y también en este Libro II y mismo Capítulo, Montaine recuerda que “El travieso de Alcibíades le pidió a uno, que hacía profesión de letras, un libro de Homero, y le propinó una bofetada porque no tenía ninguno— igual que si alguien encontrara a uno de nuestros sacerdotes sin breviario—“

    En el Libro III, Capítulo IV, “La Diversión”, dice que “Para desviar la inclinación de los rumores comunes, Alcibíades cortó las orejas y la cola a su hermoso perro y lo soltó en la plaza, a fin de que, dándole este asunto al pueblo como motivo de chismorreo, dejara en paz el resto de sus acciones.”

    En el libro III, Capítulo XIII, “La experiencia”, al tratar la mayor o menor tolerancia hacia el ruido, recuerda la respuesta dada por Sócrates a AlcibÍades, cuando este se asombra de que pueda soportar el continuo genio de su mujer: “ Como los que están acostumbrados al sonido ordinario de las norias al subir el agua”, le responde Sócrates.
    Y también en el mismo Libro y Capítulo, Montaigne reseña que “Alcibíades, hombre muy entendido en la preparación de banquetes, excluía incluso la música de las mesas, para que no turbara la dulzura de las charlas.”

    (Sigue)

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  3. Continuación de “Alcibiades en la Literatura”

    WILLIAM SHAKESPEARE tiene una obra dramática sobre la ingratitud humana, titulada “Timón de Atenas”, en la que junto al personaje llamado Timón aparecen Alcibiades y Timandra.


    FRANÇOIS RABELAIS en el Prólogo de “Gargantua y Pantagruél”, recuerda, al igual que hiciera Erasmo de Rotterdam, la alabanza de Alcibiades a Sócrates, comparándolo con los silenos. Rabelais, ofrece una descripción de los mismos, detallada y curiosa que me ha parecido interesante reseñar:
    “Alcibíades, en el diálogo de Platón titulado El banquete, alabando a su preceptor Sócrates, indiscutible príncipe de los filósofos, dijo, entre otras cosas, que era semejante a las silenas.
    Las silenas eran en tiempos pasados unas cajitas como las que ahora vemos en las boticas de los farmacéuticos, pintadas por fuera con figuras jocosas y frívolas, tales como arpías, sátiros, ánsares embridados, liebres con cuernos, ocas enalbardadas, machos cabríos voladores, ciervos adornados de flores, y otras pintaras por el estilo, expresamente desfiguradas para mover a risa a la gente, a semejanza de Sileno, maestro del buen Baco. Dentro de ellas se guardaban las drogas finas, como el bálsamo, el ámbar gris, el amomo, el almizcle, la algalla, las piedras preciosas y otras cosas de valor.
    Así decía Alcibíades que era Sócrates, pues viéndole por fuera y juzgándole por su aspecto, no habríais dado por él una piel de cebolla, a causa de la fealdad de su cuerpo y de su ridícula presencia, su nariz puntiaguda, su mirada bovina, su rostro de orate, sus costumbres sencillas, vestiduras rústicas, pobreza en bienes materiales, desgracias amorosas, su ineptitud para todos los oficios de la República, siempre riéndose, bebiendo sin tasa ni medida, haciendo burla de todo, y disimulando siempre su divino saber.
    Mas, al abrir esa caja, habríais encontrado dentro una droga celestial e inestimable: entendimiento sobrehumano, virtud maravillosa, coraje invencible, sobriedad sin par, alegría verdadera, confianza absoluta, increíble despego hacia todo aquello por lo que los seres humanos tanto se desvelan, corren, trabajan, navegan y luchan.


    SIGLO XVII

    Alrededor de 1650 aparecen una curiosa obra de un sacerdote veneciano, Antonio Rocco, titulada "El muchacho Alcibiades en la escuela", considerada la primera novela homosexual. Seguía el método del diálogo socrático y narra la seducción emocional y sexual del efebo Alcibíades por su maestro Filótimo, que se esfuerza en alabar las excelencias de la pederastia para obtener el consentimiento de Alcibíades y poderlo sodomizar
    La obra fue perseguida y se la calificó de “libro sodomítico, execrable y abominable, cuyo autor merecía haber sido quemado junto con todas sus copias”.
    Era impensable que en el siglo XVII apareciera un discurso tan transgresor que proponía una ética alternativa basada en la razón natural, por la cual la sodomía entre personas que consienten libremente dejaba de ser un delito y se convertía en un acto inocente


    EN LA ACTUALIDAD

    Existen bastantes novelas históricas en las que Alcibiades aparece con mayor o menor protagonismo. Como ejemplo citaré, por no ser exhaustiva, “Vientos de Guerra” sobre la Guerra del Peloponeso de Steven Pressfield; “Alcibíades o los peligros de la ambición” de Jacqueline Romilly y “Alcibíades, el primer griego, ”de Josep Maria Albaigès.

    Como escribe Ramón en la presentación Alcibíades, personaje singular, complejo y eternamente controvertido, pasó a la historia como estadista, estratega militar y orador.

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  4. Rafaela, buen repaso sobre Alcibíades en la literatura a lo largo de la Historia. Ya tenemos más información para seguir leyendo.
    Gracias por la biografía.

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  5. Timandra

    Sr. Theodor Kallifatides:

    Leí su libro, Otra vida por vivir, no hace mucho tiempo. Yo conocía su nombre, tan griego, pero nada de su literatura. Y ahora que ya la conozco por esta obra, quiero decirle que no olvido sus preciosas confidencias. Porque así las recibo, tanto cuando me habla de su vida en Suecia como cuando, en una vuelta ocasional a Grecia, al escuchar en un acto académico en su honor los versos de Esquilo, renace su necesidad de volver a escribir, actividad algo adormecida en aquel momento. Y tantas cosas más en sus sinceras páginas…

    Con el placer de leerle de nuevo, entro esta vez en su última novela, Timandra. Nada menos que la historia de un enamoramiento; nada menos que el que su objeto sea el famoso y controvertido Alcibíades; nada menos que un retazo de vida de la Grecia del “Siglo de Pericles”. Aquella época “clásica” que cuando “tocaba” como lección nos ocupaba más horas que otras por su feracidad en hechos y personajes ilustres.

    A la bella Timandra, de historia menor –aunque histórica-, nos la presenta Vd. como la contadora de la cotidianeidad en su oficio de hetera, “vendedora de placer, mariposa de la noche“, dice ella de sí misma, creo que irónica, buscando eufemismos para nombrar su modo de vivir. Pero así mismo contadora para acercarnos a nombres tan sugerentes como los de Sócrates, Sófocles, Eurípides y tantos otros que siguen aún presentes en las páginas de nuestra actualidad cultural.

    Con importantes contemporáneos compartía Timandra no sólo el lecho, sino, también, filosofías y opiniones. Así las cosas, Sr. Kallifatides, usted nos da la visión histórica necesaria donde centrar el enamoramiento sin fisuras de su protagonista femenina por Alcibíades. Es todavía una niña, confiesa ella, cuando ve al muchacho por primera vez y ya una sensación sin nombre la conturba. Él será su atracción de amor-sexualidad durante toda su vida. Tanto que no duda en seguirlo hasta el refugio de Frigia, ya solo y perseguido.

    A lo largo de todo el relato, la imagen de los personajes que lo llenan es de tal realidad que, yo diría, con percepción elemental, que se me salen del papel…para vivir. Realismo que llega a su máxima tensión en los diálogos de Alcibíades con sus perseguidores en los últimos momentos de su vida.

    Sr. Kallifatides, esta misiva, que por lógica no tendrá curso, a mí me ha servido para decirle, aun sin voz: Admirado escritor, feliz –modifico la fórmula- de haberle conocido.

    Elena Escolano Ávila
    Alicante, octubre de 2022

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  6. Me ha gustado mucho la carta de agradecimiento que escribe Elena Escolano a Kalifatides. Por cierto, si acudimos a la etimología del nombre completo del autor, encontramos que Teodoro, como se dijo en la presentación, en castellano quiere decir “regalo de Dios”. Kalifatides, viene de Kali, que tiene que ver con el concepto de lo bello y de lo bueno, y de Fnmi, “hablar”, expresarse. En su forma fat es pretérito imperfecto de indicativo. En conjunto, pues, Teodoro Kalifatides significaría “alguien que ha sido un regalo de Dios y que se expresaba bien” ¿No parece un vaticinio este conjunto de nombre y apellido?

    Volviendo a la carta de Elena; la encuentro sencilla, emotiva y apunta a lo más importante del contenido de este libro: al ambiente intelectual de la Atenas de Pericles y al amor sin fisura hasta el trágico final de la “vendedora de placer” Timandra por el hombre público y afamado militar, el seductor y objeto de deseo Alcibiades. Además y sobretodo, nos destaca Elena la manera en que está escrita la obra: Kalifatides, más que contar, nos hace ver con realismo esplendido lo que les ocurre a los personajes contrastados con el momento histórico.

    Encuentro conmovedor el último párrafo de su carta. Me ha traído al recuerdo el pase de pecho que da un buen torero después de, con la muleta, haber trazado una tanda de estilosos naturales.

    J. Manuel León
    Alicante, 8-X-2020


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