Wolfe escribió compulsivamente a lo largo de seis años el texto de una novela y a la venta solo salió una “exigua” parte de más o menos 1000 páginas. Su editor - supongo que corrector también – intervino a fondo; tanto, que alguien podría decir que lo dado a conocer fue obra de dos. Como no lo hemos leído, no podemos comentarlo.
De cómo el autor la llevó a efecto, sí podemos tratar: en su relato Historia de una novela nos habla extensamente de si mismo y cual fue su proceso creativo. Siendo muy joven, no deberíamos dudar de que todo lo que nos cuenta sea verdad.
Lo que se me ocurre a propósito de este librito, es ¿por qué y para qué tanta verbosidad? Cualquiera que abra un manual de cómo se debe escribir un texto sobre cualquier contenido, se da de bruces con la advertencia de que la tentación de inflar la expresión nos amenaza continuamente. ¿No es cierto que lo que dice se podría reducir a menos de la mitad, sin pérdida de un ápice de contenido? Se leería con mayor ligereza y no a la trágala.
En cuanto al cuentecito de los frailes, si prescindimos de la ostentación de un anticlericalismo de vodevil, hay que quitarse el sombrero. Hasta tal punto es perfecta la descripción de los hechos y de los personajes que mete al lector en la escena. Por no hablar del virtuosismo del lenguaje, lo dejo ahí.
Sí, el último libro propuesto y presentado por Ramón Madrigal -interesante propuesta y magistral presentación por completa y por culta- , tiene un título que tienta a la curiosidad: “Historia de una novela”. Lo que me cuenta su lectura es la confesión del difícil proceso creativo de una larga novela. Es angustioso en este caso ese proceso, dada la voluntad del autor, Thomas Wolfe, de volcarse en transmitir al lector todo lo que él piensa, siente y sabe, aún a costa de un resultado impublicable por excesivamente largo. Ahí entra también la colaboración persuasiva del editor eficiente. Este, resumido, es el tema. Pero ese tema me mueve a saber más del autor y de su obra. De ella leo lo que puedo y está a mi alcance por su traducción a nuestro idioma.
Ya que, por “La presentación” o por su lectura en el blog, tenemos un conocimiento completísimo de: La justificación (de la propuesta), de El autor, de La obra, y de La novela (“Del tiempo y el río”), solamente intentaré dejar aquí mi apreciación personal sobre el arte creativo de Thomas Wolfe. Arte rico y fluido, pero denso por cuanto que en sus páginas los motivos se analizan hasta apurarlos, por cuanto que las sutiles sensaciones de olor y de color, junto a las más recónditas reacciones del alma, se estudian con microscópica justeza. Ningún matiz, por sutil que sea, escapa a la observación del personaje creado (en muchas ocasiones trasunto del autor). Toda la vida cabe, con su muerte. En sus historias, de hilo conductor imaginativamente quebrado, con una concepción muy significativa del concepto tiempo, he encontrado escenas de aconteceres de tal actualidad que podrían estar pasando en cualquiera de nuestros pueblos…vacíos…o llenos.
Agradezco haber conocido a este escritor, singular, del que nada sabía, al que confundí con Tom Wolfe, posterior (segunda mitad s. XX). Elena Escolano
Es dificil decir algo sobre este libro que comentamos "Historia de una novela" de Thomas Wolfe tras la presentación que hizo de ella Ramon y los comentarios arriba publicados. La novela cuenta el proceso creativo de su novela "Del rio y el tiempo". Historia de una novela no es solo como se hizo este libro pero da mucha información al respecto y sobre la forma de trabajar y escribir de su autor. En ella el autor no pretende ser un manual para principiantes pero desliza algunos consejos que viniendo de su personalidad y peculiar temperamento pueden ser y son útiles. Celebro el descubrimiento del autor y coloco en mi cesta de "libros a leer" Del rio y el tiempo.
Desde hace años está encarnada en mí la inmediatez. Mi comentario sobre Wolffe de más arriba lo deja patente. Es probable que la causa sea el haber elegido el modelo de expresión de los autores antiguos, que, por la escasez de papiro o pergamino, se hicieron expertos en apurar el lenguaje: iban al grano y utilizaban las palabras precisas. Ejemplo, “veni, vidi vinci”.
¿Cómo no iba a saltar como un resorte al saber que Wolffe escribía compulsivamente? Pero esto no es lo que quiero comentar ahora. Es la segunda vez que aludo a su derroche de palabras y me peno por ello.
Al entrar directamente al trapo, me olvidé de lo importante, de la presentación de Wolffe que hizo Ramón. Lo que tengo que decir de ella es bien sencillo, me pareció magnífica. Si algún pero hubiera que ponerle, este sería, a mi juicio, su excesivo entusiasmo por este escritor, hoy por hoy, casi relegado al olvido.
Enviado por J.M. León:
ResponderEliminarWolfe escribió compulsivamente a lo largo de seis años el texto de una novela y a la venta solo salió una “exigua” parte de más o menos 1000 páginas. Su editor - supongo que corrector también – intervino a fondo; tanto, que alguien podría decir que lo dado a conocer fue obra de dos. Como no lo hemos leído, no podemos comentarlo.
De cómo el autor la llevó a efecto, sí podemos tratar: en su relato Historia de una novela nos habla extensamente de si mismo y cual fue su proceso creativo. Siendo muy joven, no deberíamos dudar de que todo lo que nos cuenta sea verdad.
Lo que se me ocurre a propósito de este librito, es ¿por qué y para qué tanta verbosidad? Cualquiera que abra un manual de cómo se debe escribir un texto sobre cualquier contenido, se da de bruces con la advertencia de que la tentación de inflar la expresión nos amenaza continuamente. ¿No es cierto que lo que dice se podría reducir a menos de la mitad, sin pérdida de un ápice de contenido? Se leería con mayor ligereza y no a la trágala.
En cuanto al cuentecito de los frailes, si prescindimos de la ostentación de un anticlericalismo de vodevil, hay que quitarse el sombrero. Hasta tal punto es perfecta la descripción de los hechos y de los personajes que mete al lector en la escena. Por no hablar del virtuosismo del lenguaje, lo dejo ahí.
J. Mauel León.
8-XI-2021
“Historia de una novela” (Thomas Wolfe)
ResponderEliminarSí, el último libro propuesto y presentado por Ramón Madrigal -interesante propuesta y magistral presentación por completa y por culta- , tiene un título que tienta a la curiosidad: “Historia de una novela”. Lo que me cuenta su lectura es la confesión del difícil proceso creativo de una larga novela. Es angustioso en este caso ese proceso, dada la voluntad del autor, Thomas Wolfe, de volcarse en transmitir al lector todo lo que él piensa, siente y sabe, aún a costa de un resultado impublicable por excesivamente largo. Ahí entra también la colaboración persuasiva del editor eficiente. Este, resumido, es el tema. Pero ese tema me mueve a saber más del autor y de su obra. De ella leo lo que puedo y está a mi alcance por su traducción a nuestro idioma.
Ya que, por “La presentación” o por su lectura en el blog, tenemos un conocimiento completísimo de: La justificación (de la propuesta), de El autor, de La obra, y de La novela (“Del tiempo y el río”), solamente intentaré dejar aquí mi apreciación personal sobre el arte creativo de Thomas Wolfe. Arte rico y fluido, pero denso por cuanto que en sus páginas los motivos se analizan hasta apurarlos, por cuanto que las sutiles sensaciones de olor y de color, junto a las más recónditas reacciones del alma, se estudian con microscópica justeza. Ningún matiz, por sutil que sea, escapa a la observación del personaje creado (en muchas ocasiones trasunto del autor). Toda la vida cabe, con su muerte. En sus historias, de hilo conductor imaginativamente quebrado, con una concepción muy significativa del concepto tiempo, he encontrado escenas de aconteceres de tal actualidad que podrían estar pasando en cualquiera de nuestros pueblos…vacíos…o llenos.
Agradezco haber conocido a este escritor, singular, del que nada sabía, al que confundí con Tom Wolfe, posterior (segunda mitad s. XX).
Elena Escolano
Es dificil decir algo sobre este libro que comentamos "Historia de una novela" de Thomas Wolfe tras la presentación que hizo de ella Ramon y los comentarios arriba publicados. La novela cuenta el proceso creativo
ResponderEliminarde su novela "Del rio y el tiempo". Historia de una novela no es solo como se hizo este libro pero da mucha información al respecto y sobre la forma de trabajar y escribir de su autor. En ella el autor no pretende ser un manual para principiantes pero desliza algunos consejos que viniendo de su personalidad y peculiar temperamento pueden ser y son útiles. Celebro el descubrimiento del autor y coloco en mi cesta de "libros a leer" Del rio y el tiempo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDesde hace años está encarnada en mí la inmediatez. Mi comentario sobre Wolffe de más arriba lo deja patente. Es probable que la causa sea el haber elegido el modelo de expresión de los autores antiguos, que, por la escasez de papiro o pergamino, se hicieron expertos en apurar el lenguaje: iban al grano y utilizaban las palabras precisas. Ejemplo, “veni, vidi vinci”.
ResponderEliminar¿Cómo no iba a saltar como un resorte al saber que Wolffe escribía compulsivamente? Pero esto no es lo que quiero comentar ahora. Es la segunda vez que aludo a su derroche de palabras y me peno
por ello.
Al entrar directamente al trapo, me olvidé de lo importante, de la presentación de Wolffe que hizo Ramón. Lo que tengo que decir de ella es bien sencillo, me pareció magnífica. Si algún pero hubiera que ponerle, este sería, a mi juicio, su excesivo entusiasmo por este escritor, hoy por hoy, casi relegado al olvido.
J. Manuel León.
20-XI 2021
Gracias, Juan Manuel. En mi descargo tengo que decir que mi apreciación era sincera; para mí Thomas Wolfe ha sido un feliz descubrimiento.
Eliminar