La novela La Mancha Humana presenta una cantidad exagerada de digresiones que hacen tediosa su lectura. La narración sólo se acelera cuando el autor describe a los principales personajes y cuando Ernestina, al final del relato, pone en claro cómo Coleman ha llegado a ser quien es. En medio, páginas y páginas a ritmo lento. Quien lee, aburrido, dejaría la novela. Pero llega el final. Por una parte, se nos aclara que el narrador-protagonista es su autor real. Por otra, se nos da a conocer, en su dimensión completa, quienes fueron Faunia, Les y Cóleman. De este modo, aceleradamente, la historia cobra sentido. A mí se me ha acudido que en esta novela ¡tan realista! la acción viene lentificada, a fin de que el lector se convierta en testigo presencial y se haga preguntas, como se las hace el narrador, del porqué del comportamiento de esos tres desgraciados. De alguna manera veo, en el conjunto de esta novela, una especie de gran hipérbaton. Al estar incompleta la información que se nos va dando, el lector comprende mal. El hiperbaton es ésto. Se van dando premisas, a veces desordenadas de sintaxis y solo al final, cuando aparece el verbo, la oración cobra sentido. En nuestra novela, cuando Faunia y Coleman ya están enterrados, se nos da la información clave que la hace comprensible.
La novela La Mancha Humana presenta una cantidad exagerada de digresiones que hacen tediosa su lectura. La narración sólo se acelera cuando el autor describe a los principales personajes y cuando Ernestina, al final del relato, pone en claro cómo Coleman ha llegado a ser quien es. En medio, páginas y páginas a ritmo lento. Quien lee, aburrido, dejaría la novela.
ResponderEliminarPero llega el final. Por una parte, se nos aclara que el narrador-protagonista es su autor real. Por otra, se nos da a conocer, en su dimensión completa, quienes fueron Faunia, Les y Cóleman. De este modo, aceleradamente, la historia cobra sentido.
A mí se me ha acudido que en esta novela ¡tan realista! la acción viene lentificada, a fin de que el lector se convierta en testigo presencial y se haga preguntas, como se las hace el narrador, del porqué del comportamiento de esos tres desgraciados.
De alguna manera veo, en el conjunto de esta novela, una especie de gran hipérbaton. Al estar incompleta la información que se nos va dando, el lector comprende mal. El hiperbaton es ésto. Se van dando premisas, a veces desordenadas de sintaxis y solo al final, cuando aparece el verbo, la oración cobra sentido. En nuestra novela, cuando Faunia y Coleman ya están enterrados, se nos da la información clave que la hace comprensible.
J. M. León
24-X-2018