Si un comité confecionara una lista ordenada de las siete maravillas de la física aplicada, no dejaría de figurar en ella la computado. Aun teniendo un “cerebro” de metal, a cien años luz de la complejidad del del humano, es capaz de albergar, y ordenados, todos los conocimientos de todos los “sapiens” de todos los tiempos. ¡Maravilla asombrosa! La gente del común no alcanzamos a calibrar su valor.
Estamos acostumbrados a hablar de todo. De la computadora en particular, sin saber de qué y cómo está hecha y cuál es su forma de funcionar, cualquiera se atreve a juzgarla de excelente o de perversa. De excelente, a la vista está que sí. ¿Y perversa? Rotundamente no, que no es un ser viviente: carece de sentimientos y de voluntad. Se le da el falso nombre de cerebro electrónico simplemente porque tiene memoria, posibilidad de relacionar unas cosas con otras, elaborar juicios y expresarse incluso con palabras expresarse. Pero, ¿acaso puede ella misma procurarse la energía que precisa para hacerlo? ¿Puede reproducirse como lo hacen los seres vivientes? No. Corolario: no le es imputable cualquier mal que derive de su uso. Perverso es quien la usa para propósitos indignos.
En cuanto al libro que ha sido motivo de este comentario, digo que expone con palabras clara lo que es suficiente para entender lo que quiere trasmitir el autor. Pero encuentro que el libro es reiterativo y largo. Con el prologo y el epílogo bastaría para entender lo que ha querido decirnos Yuri Noah.
Si un comité confecionara una lista ordenada de las siete maravillas de la física aplicada, no dejaría de figurar en ella la computado. Aun teniendo un “cerebro” de metal, a cien años luz de la complejidad del del humano, es capaz de albergar, y ordenados, todos los conocimientos de todos los “sapiens” de todos los tiempos. ¡Maravilla asombrosa! La gente del común no alcanzamos a calibrar su valor.
ResponderEliminarEstamos acostumbrados a hablar de todo. De la computadora en particular, sin saber de qué y cómo está hecha y cuál es su forma de funcionar, cualquiera se atreve a juzgarla de excelente o de perversa. De excelente, a la vista está que sí. ¿Y perversa? Rotundamente no, que no es un ser viviente: carece de sentimientos y de voluntad. Se le da el falso nombre de cerebro electrónico simplemente porque tiene memoria, posibilidad de relacionar unas cosas con otras, elaborar juicios y expresarse incluso con palabras expresarse. Pero, ¿acaso puede ella misma procurarse la energía que precisa para hacerlo? ¿Puede reproducirse como lo hacen los seres vivientes? No. Corolario: no le es imputable cualquier mal que derive de su uso. Perverso es quien la usa para propósitos indignos.
En cuanto al libro que ha sido motivo de este comentario, digo que expone con palabras clara lo que es suficiente para entender lo que quiere trasmitir el autor. Pero encuentro que el libro es reiterativo y largo. Con el prologo y el epílogo bastaría para entender lo que ha querido decirnos Yuri Noah.
Juan Manuel León.
7-XII-2025