Poco asunto y mucha paja. Así definiría yo este relato del perro muerto en Rumanía. Lo que ocurre es que la paja no es exactamente eso, paja; es hojarasca variada y ornamental. Quiero decir que si el lector presta atención a la hojarasca por separado de las peripecia de los `protagonistas, encontrará muchas imágenes literarias, algunas muy bellas y de gran valor sociológico-existencial. Si se me permite utilizar un símil arquitectónico, diría que estamos ante un un panel plateresco en piedra en el que unos acontecimientos anodinos quedan ahogados, o casi, por la ornamentación.
Así he visto yo este relato: un chismorreo continuo, a veces de muy baja estofa en cuanto a los hechos narrados, pero orlado de un halo literario de buena calidad, solo reprochable por su exuberancia. Este nos está diciendo que la autora exhibe una capacitación pasra manejar el castellano fuera de lo común. En razón de esto ha valido la pena emplear tiempo en esta lectura.
Poco asunto y mucha paja. Así definiría yo este relato del perro muerto en Rumanía. Lo que ocurre es que la paja no es exactamente eso, paja; es hojarasca variada y ornamental. Quiero decir que si el lector presta atención a la hojarasca por separado de las peripecia de los `protagonistas, encontrará muchas imágenes literarias, algunas muy bellas y de gran valor sociológico-existencial. Si se me permite utilizar un símil arquitectónico, diría que estamos ante un un panel plateresco en piedra en el que unos acontecimientos anodinos quedan ahogados, o casi, por la ornamentación.
ResponderEliminarAsí he visto yo este relato: un chismorreo continuo, a veces de muy baja estofa en cuanto a los hechos narrados, pero orlado de un halo literario de buena calidad, solo reprochable por su exuberancia. Este nos está diciendo que la autora exhibe una capacitación pasra manejar el castellano fuera de lo común. En razón de esto ha valido la pena emplear tiempo en esta lectura.
J. Manuel León.
16-II-2025.