COMENTARIO A LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER. Rafael Torres Antes de comenzar la lectura del libro pensé en el significado del titulo. Entiendo que lo leve resulta insoportable cuando algo que debería estar,ser,sentirse de forma intensa, es todo lo contrario: efímero, inútil, ausente , vacío… Aplicado al ser humano, a mí me sugiere alguien cuya vida carece de sentido, sus objetivos equivocados, falsos o fracasados. Durante la lectura de la novela me he dedicado a averiguar lo que tiene que ver el titulo con el contenido. Reconozco que me ha costado un esfuerzo y no estoy seguro de haberlo conseguido. Lo achaco a que posiblemente no tengo la capacidad crítica y de apreciación; o que la traducción del libro desvirtúa los significados; o que el autor no ha podido sacar su profundidad literaria al nivel del lector, quizá debido a evitar problemas con la censura-tengamos en cuenta la época de su publicación- o quizá debido a sus propios fallos. Quien sabe. De cualquier modo es una novela que vale la pena ser leída y comentada. En mi opinión, cada vez que analizamos una obra literaria, estamos haciendo un esfuerzo de reflexión, ejercitamos el pensamiento y eso, creo yo, es bueno. Con el fluir narrativo, no lineal de la novela y la difusa coherencia de sus argumentos, construyo mi interpretación, incierta y leve, aunque espero no insoportable. Creo que el autor retrata al ser perdido de si mismo: entre la valentía y el miedo, inconsistente, diluido entre su autenticidad y su necesidad de ser una máscara. Gente izquierdas contra el comunismo que ellos suponen de izquierdas; “La Gran Marcha”, inútil, de la que solo queda un leve sucedáneo teatral de la realidad. Ante el tiempo que pasa dejando hechos irreversibles,”como bocetos dibujados por la fatal inexperiencia”. La vida, el amor , efímero, leve: “como el polvo que flota, como lo que mañana no existirá”. Y la muerte, constatación de la levedad de los afanes humanos. ¿Hay alguna esperanza? Si, el reto de asumir y disfrutar la realidad tal como es.
Cuando terminé el libro me acordé de una novela, malisima, que leí cuando yo era un niño de doce o trece años. De niño me gustaba leer pero no tenia ni idea de literatura, ni medios para tener buenos libros. Leía todo lo que caía en mis manos. Era una novela de esas, todas iguales, en las que el chico es guapísimo,inteligentisimo,altísimo. Y la la chica hermosísima. Se casan y son felices para siempre. Ahí solían acabar estas novelas. Pero en esta que me refiero, la narración continuaba de forma resumida. Pasaban los años y ellos continuaban felices y enamorados. Pasaban más años y una hija suya, hermosísima, se casó con un abogado,también hermosisimo. Y ellos continuaban apasionadamente enamorados como el primer día. Tal es así que cuando él intenta acariciarla ella le dice: “Contente que vamos a ser abuelos”. La novela finalizaba diciendo: “Y después de una feliz y larga ancianidad, murieron”. Recuerdo que me quedé decepcionado. Me dije que tanto lio para esto.
“La insoportable levedad del ser”. ¡Título bien rimbombante para una novela! ¿Qué significa el sustantivo levedad en este contexto? Parece claro que tenga que ver con el espíritu. Tal vez se refiera a la liviandad de comportamiento sexual de su principal protagonista masculino. Aun así, no consigo relacionar ese título con lo que se nos cuenta después. Quizás el autor, imbuido del espíritu nihilista de los tiempos en que escribió ese relato, queriéndoselas dar de “estar in”, junto esas cuatro palabras, pergeño un floripondio, y no tuvo empacho en dejar boquiabierto al lector ante tamaña hondura psicológica, y en instarlo a darle vueltas al caletre tratando de descubrir lo que se contiene la frasecita de marras.
Aparte del capricho de ese título, (eso me parece a mí, un capricho), en sí los hechos novelísticos los veo válidos, originales, si bien la lectura del conjunto me ha resultado premiosa. Tanto reconsiderar hechos concretos, creando cada vez nuevas versiones de los mismos, el resultado acaba siendo una mezcolanza en la que el lector pierde el hilo narrativo. Así y todo, al menos a mí me ha compensado llegar hasta su final. El trasfondo político, lo que cuenta del comunismo, es ilustrativo de la realidad de aquel momento. El autor me ha parecido un valiente defendiendo su criterio ante la intelectualidad europea coetánea, que, obcecada no quiso reconocer que la Rusia Soviética era lo contrario de un edén. Y qué decir de lo que dice, y como lo dice, de la enfermedad y muerte del perro Karenin. ¡Sobrecogedoramente, genial!
COMENTARIO A LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER. Rafael Torres
ResponderEliminarAntes de comenzar la lectura del libro pensé en el significado del titulo.
Entiendo que lo leve resulta insoportable cuando algo que debería estar,ser,sentirse de forma intensa, es todo lo contrario: efímero, inútil, ausente , vacío…
Aplicado al ser humano, a mí me sugiere alguien cuya vida carece de sentido, sus objetivos equivocados, falsos o fracasados.
Durante la lectura de la novela me he dedicado a averiguar lo que tiene que ver el titulo con el contenido. Reconozco que me ha costado un esfuerzo y no estoy seguro de haberlo conseguido.
Lo achaco a que posiblemente no tengo la capacidad crítica y de apreciación; o que la traducción del libro desvirtúa los significados; o que el autor no ha podido sacar su profundidad literaria al nivel del lector, quizá debido a evitar problemas con la censura-tengamos en cuenta la época de su publicación- o quizá debido a sus propios fallos. Quien sabe.
De cualquier modo es una novela que vale la pena ser leída y comentada. En mi opinión, cada vez que analizamos una obra literaria, estamos haciendo un esfuerzo de reflexión, ejercitamos el pensamiento y eso, creo yo, es bueno.
Con el fluir narrativo, no lineal de la novela y la difusa coherencia de sus argumentos, construyo mi interpretación, incierta y leve, aunque espero no insoportable.
Creo que el autor retrata al ser perdido de si mismo: entre la valentía y el miedo, inconsistente, diluido entre su autenticidad y su necesidad de ser una máscara.
Gente izquierdas contra el comunismo que ellos suponen de izquierdas; “La Gran Marcha”, inútil, de la que solo queda un leve sucedáneo teatral de la realidad.
Ante el tiempo que pasa dejando hechos irreversibles,”como bocetos dibujados por la fatal inexperiencia”.
La vida, el amor , efímero, leve: “como el polvo que flota, como lo que mañana no existirá”.
Y la muerte, constatación de la levedad de los afanes humanos.
¿Hay alguna esperanza? Si, el reto de asumir y disfrutar la realidad tal como es.
Cuando terminé el libro me acordé de una novela, malisima, que leí cuando yo era un niño de doce o trece años. De niño me gustaba leer pero no tenia ni idea de literatura, ni medios para tener buenos libros. Leía todo lo que caía en mis manos. Era una novela de esas, todas iguales, en las que el chico es guapísimo,inteligentisimo,altísimo. Y la la chica hermosísima. Se casan y son felices para siempre. Ahí solían acabar estas novelas. Pero en esta que me refiero, la narración continuaba de forma resumida. Pasaban los años y ellos continuaban felices y enamorados. Pasaban más años y una hija suya, hermosísima, se casó con un abogado,también hermosisimo. Y ellos continuaban apasionadamente enamorados como el primer día. Tal es así que cuando él intenta acariciarla ella le dice: “Contente que vamos a ser abuelos”.
ResponderEliminarLa novela finalizaba diciendo: “Y después de una feliz y larga ancianidad, murieron”.
Recuerdo que me quedé decepcionado. Me dije que tanto lio para esto.
ResponderEliminar“La insoportable levedad del ser”. ¡Título bien rimbombante para una novela! ¿Qué significa el sustantivo levedad en este contexto? Parece claro que tenga que ver con el espíritu. Tal vez se refiera a la liviandad de comportamiento sexual de su principal protagonista masculino. Aun así, no consigo relacionar ese título con lo que se nos cuenta después. Quizás el autor, imbuido del espíritu nihilista de los tiempos en que escribió ese relato, queriéndoselas dar de “estar in”, junto esas cuatro palabras, pergeño un floripondio, y no tuvo empacho en dejar boquiabierto al lector ante tamaña hondura psicológica, y en instarlo a darle vueltas al caletre tratando de descubrir lo que se contiene la frasecita de marras.
Aparte del capricho de ese título, (eso me parece a mí, un capricho), en sí los hechos novelísticos los veo válidos, originales, si bien la lectura del conjunto me ha resultado premiosa. Tanto reconsiderar hechos concretos, creando cada vez nuevas versiones de los mismos, el resultado acaba siendo una mezcolanza en la que el lector pierde el hilo narrativo. Así y todo, al menos a mí me ha compensado llegar hasta su final. El trasfondo político, lo que cuenta del comunismo, es ilustrativo de la realidad de aquel momento. El autor me ha parecido un valiente defendiendo su criterio ante la intelectualidad europea coetánea, que, obcecada no quiso reconocer que la Rusia Soviética era lo contrario de un edén. Y qué decir de lo que dice, y como lo dice, de la enfermedad y muerte del perro Karenin. ¡Sobrecogedoramente, genial!