sábado, 28 de diciembre de 2024

Lectura capítulos del XXIII al XVII de primera parte del QUIJOTE

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3 comentarios:


  1. Tras leer estos tres capítulos del Qujote me viene este interrogante: ¿Cuándo y dónde aprendió tanto Cervantes? En Alcalá, donde nació y pasó la infancia, no asistió a La Complutense. A los 18 año está en Madrid y se gana la vida de escribiente. En este tiempo tuvo algún contacto con el humanista Lopez de Hoyos, porque este lo menciona en un escrito suyo en el que incluye un soneto dedicado a Isabel de Valois escrito por él. Trabajando y malviviendo, ¿de dónde tanta erudición? El mismo Cervantes nos da la clave en El Quijote: “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.

    Y...¡Anduvo!: Italia a los 22, huido de la justicia por batirse en un duelo; Armada Invencible y Lepanto; Argel, cinco años cautivo y, vuelto a España, vida itinerante por diversa ciudades. Asiento, asiento, en ninguna parte. Pudiera decirse que sus lecturas las hizo como los currantes de hoy, que van leyendo en el metro porque no pueden hacerlo repantingados en el sofá. En cuanto a ver, lo mismo. Claro que a Cervantes se le olvidó añadir en su frase famosa “con ojos y oídos bien abiertos y los sesos avivados y despiertos, como apuntaba Jorge Manrique.

    En los capítulos leídos se menciona a Homero y a Virgilio. ¡Qué menos! Pero también a Guisopete. Lo hace Sancho, cuando Don Quijote le prohíbe hablar porque está harto de oírle “ensartar sandeces”. Estas son sus palabras: “Si ya quisiera la suerte que los animales hablaran, como hablaban en tiempo de Guisopete, fuera menos mal, porque departiera yo con mi jumento lo que me viniera en gana y con esto pasara mi mala ventura; que es recia cosa y que no se puede llevar en paciencia, andar buscando aventuras toda la vida, y no hallar sino coces y manteamientos, ladrillazos y puñadas, y, con todo esto, nos hemos de coser la boca, sin osar decir lo que el hombre tiene en la boca, como si fuera mudo”.

    Y,... ¿Quién es ese Guisopete? Ni más ni menos que Esopo; lo que viene a decir que Cervantes no solo leyó a los imprescindible; también a los secundarios. Y lo debió hacer trajinando de acá para allá, montado en el vehículo de entonces, el carro.

    Portentoso Cervantes, que sufriendo contrariedades desde que nació, sacó tiempo, humor y genio para leer tanto, aprender tanto, deliberar tanto consigo y, rebosante su caletre de cuanto aprendió, escribír tanto, siempre en circunstancias adversas.

    J. Manuel León
    29-XII-2024












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  2. Manuel, es admirable cómo le sacas jugo a todos los libros que leemos en la tertulia tanto si son clásicos(especialmente si escriben en latín, por ejemplo Virgilio) cómo si son más próximos a la actualidad:Borges Te felicito.

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