La autora hace creíble casi todo lo que contiene esta novela, pero ¿A qué cargar las tintas del desagrado perpetuo sobre el personaje principal? Todo es, desde luego, verosímil pero no probable. Serlo, es lo que se espera de una novela realista. Es inadmisible que, en un carácter tan exageradamente propenso a la adustez, nazca y perviva ese amor “romántico” y desmesurado, sobre el que gravita todo el relato. También el cúmulo de hechos desgraciados que se exponen, aunque tomados de la realidad, es difícil que tengan lugar a la vez. En cualquier caso, creíbles o no, abruman tanto al lector, que solo por disciplina o cabezonería sigue leyéndolos hasta el final. Por cierto, un final artificioso pintado de rosa con poema lírico incluido.
La cotidianidad y el lenguaje vulgar, hacen a esta novela poco grata. Alguna vez, muy al final, la autora embellece el texto con detalles frescos, como el que Marga le pida matrimonio, después de mucha historia juntos, al “hombre de su vida”.
Y repito, tengo la impresión de que el lector, al menos yo, recorre este texto como aquel que, sin gustarle la comida, la deglute por imperativo de algún dictamen; en este caso, el de todos nosotros como grupo.
.
Dejando esto bien sentado, tengo que decir que esta lectura me ha interesado porque aproxima conductas que están ahí; están ahí, pero que la lejanía de la vejez no deja percibir debidamente. Pienso que la “Realidad” queda lejos y la Tv, la radio y el cine, son ficción, la literatura, sublimación.
COMENTARIO DE J.M. LEÓN
ResponderEliminarLa autora hace creíble casi todo lo que contiene esta novela, pero ¿A qué cargar las tintas del desagrado perpetuo sobre el personaje principal? Todo es, desde luego, verosímil pero no probable. Serlo, es lo que se espera de una novela realista. Es inadmisible que, en un carácter tan exageradamente propenso a la adustez, nazca y perviva ese amor “romántico” y desmesurado, sobre el que gravita todo el relato. También el cúmulo de hechos desgraciados que se exponen, aunque tomados de la realidad, es difícil que tengan lugar a la vez. En cualquier caso, creíbles o no, abruman tanto al lector, que solo por disciplina o cabezonería sigue leyéndolos hasta el final. Por cierto, un final artificioso pintado de rosa con poema lírico incluido.
La cotidianidad y el lenguaje vulgar, hacen a esta novela poco grata. Alguna vez, muy al final, la autora embellece el texto con detalles frescos, como el que Marga le pida matrimonio, después de mucha historia juntos, al “hombre de su vida”.
Y repito, tengo la impresión de que el lector, al menos yo, recorre este texto como aquel que, sin gustarle la comida, la deglute por imperativo de algún dictamen; en este caso, el de todos nosotros como grupo.
.
Dejando esto bien sentado, tengo que decir que esta lectura me ha interesado porque aproxima conductas que están ahí; están ahí, pero que la lejanía de la vejez no deja percibir debidamente. Pienso que la “Realidad” queda lejos y la Tv, la radio y el cine, son ficción, la literatura, sublimación.
J. Manuel León
7-IV-2022