lunes, 22 de febrero de 2021

Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez

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17 comentarios:

  1. El título que recibe la obra casa a la perfección con el relato descrito, pues es difícil imaginar una muerte más anunciada que la que finalmente se perpetra. La historia me parece muy bien trabada y magníficamente escrita. Aunque contiene pasajes de gran crudeza descriptiva (bastaría citar los relativos a la autopsia -¿o, más bien, cabría hablar de carnicería?-, así como los atroces detalles del propio asesinato y de los momentos posteriores al mismo) el recurso a la ironía tiene también cabida: “mi madre -comenta el narrador- suele hacer esa clase de precisiones superfluas cuando quiere llegar al fondo de las cosas”.
    Describe una sociedad en la que predominan rasgos claramente machistas, un buen número de supersticiones y un sentido del honor de características decimonónicas. Entre otros aspectos, el hecho de que el denominado en la novela “tribunal de conciencia” admita el homicidio en defensa del honor y que los que no impiden el crimen se consuelen con el pretexto de que “los asuntos de honor son estancos sagrados a los cuales solo tienen acceso los dueños del drama”, inevitablemente me han recordado algunos preceptos de anteriores códigos penales españoles, cuya erradicación tardó demasiado en producirse. Me refiero al que se denominó "uxoricidio honoris causa" (sobrevivió hasta 1963), que suponía la exención o sustanciosa atenuación de la pena para el marido que mataba a su esposa sorprendida en flagrante adulterio; y al infanticidio "honoris causa" (perduró hasta 1995), que permitía una muy importante rebaja de la pena para la madre o los abuelos maternos que hubiesen matado a un recién nacido con la finalidad de evitar la deshonra de la madre.
    En relación a la instrucción del sumario por un recién graduado que, según se dice, estaba abrasado por la fiebre de la literatura y que incurre en “distracciones líricas contrarias al rigor de su ciencia” (¿?), me parecen un hallazgo las dos notas marginales que escribe el juez con tinta roja: “Dadme un prejuicio y moveré el mundo” y “La fatalidad nos hace invisibles”. Entiendo que son fruto del sentimiento descorazonador del propio instructor ante la ausencia del más mínimo indicio de que Santiago Nasar hubiese sido en realidad el causante del agravio. En suma, un caso terrible de inmerecido ajusticiamiento o, mejor, de salvaje y despiadada venganza privada a modo de reparación del honor.

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    1. Esperanza, es muy importante tu aportación como experta en derecho, por esclarecedora, porque ayuda a enriquecer el debate temático de la obra. Gracias

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  2. Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez, es un fascinante juego de palabras que con sus juegos de prestidigitación, nos conduce por senderos entre bosques de palabras hasta sumergirnos en el realismo mágico de una historia con hechos reales, acaecidos en un pueblo real y seres reales, sólo que ordenados estratégicamente por la imaginación del autor, para transmitirnos una interpretación de la realidad, a su manera.
    El rigor y precisión de la historia es propia de una investigación policial-periodística, que sirve de base narrativa para que G.G.M. involucre a un pequeño pueblo de la costa colombiana creando personajes con nombres y apellidos y situando cada cual en su lugar, para desenterrar un episodio ocurrido 27 años atrás, en el que el joven estudiante de medicina llamado Cayetano Gentile Chimento, heredero de la mayor fortuna del pueblo, cayese
    abatido a machetazos, víctima inocente de un confuso lance de honor y sin llegar a conocer la causa de porqué moría.
    El narrador cuenta la historia en primera persona y también participa en ella como el personaje secundario que está dentro y fuera de ella, y aunque en ningún momento se da a conocer, su identificación está visible a través de lo que otros de esos personajes deslizan. El pueblo entero llega a contemplar su propio crimen, aunque todos pueden decir que no lo buscaron, ni aceptaron. Si, existe un misterio que sigue sin desvelar :¿Quien fue el causante del agravio?

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  3. El autor de la novela dice que esta basada en hechos reales. Tiene muchos detalles sobre los acontecimientos. El tiempo interno de la acción transcurre desde la boda en un domingo hasta el lunes cuando es asesinado Santiago Nasar. Después tiene ramificaciones temporales tales como el sumario que dura doce días y la evocación por testigos de los hechos 27 años después. No es una narración lineal.
    Puede verse como una crónica periodística de un hecho, pero también hay detalles que dan pié a la critica social,al simbolismo y la interpretación de significados.
    Tiene conceptos en común con otras novelas del autor,tales como “La mala hora”,”El coronel no tiene quién le escriba”, “Cien años de soledad”.Aquí la acción también transcurre en una población relativamente aislada en el tiempo y en el espacio en la que la renovación se estanca, dando lugar a la corrupción, la ranciedad de costumbres; valores que prevalecen sobre el destino de las personas. Leemos:”Denso olor de aguas dormidas”. El puerto con el tiempo se había colmatado de cieno impidiendo la navegación de grandes buques aunque si lo hacia el del obispo. El obispo personaje casi invisible, comedor de crestas de gallos,adorado casi como un dios por los habitantes del pueblo. La dedicación de la gente a recibir al obispo será una de las causas de que a Santiago no le llegue la advertencia del peligro.
    El adormecimiento de las gente en la normalidad alienante parece impedirles la concienciación exacta de la realidad. Santiago y los gemelos eran amigos, ellos no eran violentos, sin embargo la bestia dormida durante largo tiempo se despierta. El pueblo asiste al evento entre pasivo y desconcertado,incluso con una cierta morbosidad.
    Es un forastero,(Bayardo San Román) el que proclama el problema y se desencadenan los valores cenagosos del honor machista. La conciencia de los asesinos se resiste a cumplir con su “deber”,pero obedecen a lo sagrado .Algunos habitantes justifican el crimen.
    Hasta aquí de forma somera, mi interpretación de significados más allá de la objetividad narrativa de los hechos.
    A mí me parece que no es una novela que empiece por el final si no que el asesinato,hecho conocido desde el principio, es el eje sobre el que transcurre la acción. La narración se basa en describir los detalles de el por qué y como ocurrió de forma que eso mantenga el interés del lector. Podemos citar el proceso y la sentencia a los asesinos. La escabrosa descripción de la autopsia y los detalles de la agonía de Santiago. Mantiene ciertas ambigüedades, como por ejemplo la incertidumbre sobre si Santiago Nasar fue el autor de la deshonra de Angela Vicario y cambiante actitud de ésta.
    Creo que con una relectura en el tiempo, el lector puede encontrar otros detalles y puntos de vista entre la densa riqueza del contenido.

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  4. Buenas noches amigos, soy Lola Ribera, lo digo porque es la primera vez que intento participar en el blog y.......no haré comentarios sobre mi pericia con las tecnologías. Lo intento tras las explicaciones de Joaquín que agradezco y a modo sólo de práctica.
    Acabo de terminar de leer la presentación de Juán. La he disfutado muchísimo, ha sido casi como leer directamente a Gabo (con inspiración cervantina)y me ha envuelto en su habitual magia literaria. He revivido el "mareo" que siempre me producian sus libros leídos hace tiempo como el otoño... el amor en ....el coronel.... por supuesto los cien años y la cronica que nos ocupa.
    Impagable la transcripción de la entrevista de ultratumba. En ella, me destaca destaca "El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad"
    Muchas gracias Juán.




    Solo deseo

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  5. Crónica de una muerte anunciada es una obra, mezcla de crónica y reportaje que tiene una particularidad destacable: el autor como narrador y como personaje que vive los hechos, y que treinta años más tarde los narra utilizando una técnica de tipo periodístico, basada en experiencias propias, preguntas a testigos y el sumario judicial. Todo lo cual se traduce en una exposición desordenada de lo que recuerda, lo que descubre y lo que le cuentan, teniendo como eje narrativo el anunciado asesinato de Santiago Nasar
    Es una novela en la que se mezclan realidad y ficción. Es real porque existió ese crimen, y hay ficción porque García Márquez, con gran maestría, narra aquellos hechos y los ofrece con una técnica propia de la novela e incluso adornada con recursos propios del realismo mágico ( el espíritu de la mujer del viudo Xius que se lleva objetos de su casa después de vendida, el alcalde espiritista, una pistola que dispara balas que puede partir un caballo en dos y atravesar paredes, peces que salen por los sumideros…)

    Toda la acción de la novela, de estructura circular, ocurre por la necesidad, la obligación social, de salvar, de recuperar, el honor de la familia Vicario. La hija, Angela, es devuelta a su familia cuando, la noche de bodas, Bayardo descubre que no es virgen. Y eso solo se consigue con la muerte del agresor.
    El asesinato fue un hecho real ocurrido en 1951. Y resulta curioso que tan solo hace unos sesenta años se mantuviera activo este código. Cuando leí la novela recordé aquellas obras de Lope y de Calderón que son ejemplos magistrales para ilustrar los conflictos de la honra, y el mecanismo individual social e ideológico del código del honor. Recordemos, por ejemplo, entre las de Lope, Fuenteovejuna. Peribañez. El castigo sin venganza. Los Comendadores de Córdoba… Y entre las de Calderón A secreto agravio secreta venganza. El médico de su honra. El pintor de su deshonra.
    Estas novelas plasman la realidad social de los siglos XVI y XVII pero parece increíble que algo así pudiera ocurrir en fechas tan cercanas. Y no solo que pudiera ocurrir sino que se justificara. De hecho el pueblo aceptaba que los hermanos Vicario buscasen a Nasar para matarlo. Hubo quien quiso avisarlo, pero nadie impidió el asesinato.
    “La mayoría de quienes pudieron hacer algo por impedir el crimen y sin embargo no lo hicieron, se consolaron con el pretexto de que los asuntos de honor son estancos sagrados a los cuales sólo tienen acceso los dueños del drama.” Prudencia, la novia de uno de Los Vicario comenta que nunca se hubiera casado con él sí no hubiera cumplido como hombre. Y también la Iglesia estaba de acuerdo. Recordemos la conversación con el padre Amador:
    “Lo matamos a conciencia —dijo Pedro Vicario—, pero somos inocentes.
    —Tal vez ante Dios —dijo el padre Amador.
    —Ante Dios y ante los hombres —dijo Pablo Vicario—. Fue un asunto de honor.”
    Así es la sociedad que presenta y denuncia García Márquez en esta novela: poco desarrollada, inculta, machista, cargada de prejuicios, incompetente e indiferente a la desgracia. Particularidades todas ellas causantes, en última instancia, de la muerte de Santiago Nasar.

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  6. “Crónica de una muerte anunciada”, de Gabriel García Márquez trata sobre el honor; la fatalidad, el inevitable destino convertido en tragedia en la defensa del honor. Y, fundamentalmente, en cómo la castidad de la mujer es la depositaria del honor familiar, por encima de cualquier otra consideración. Esa carga es universalmente admitida en un pueblo de Colombia bien avanzado el siglo XX…”Lo matamos a conciencia – dijo Pedro Vicario --, pero somos inocentes… fue un asunto de honor”. Prudencia Cotes, la novia de Pablo Vicario dice que nunca se hubiera casado con él si no cumplía como hombre… “Para la inmensa mayoría solo hubo una víctima: Bayardo San Román (el despechado)… El juicio duró tres días y, no obstante de que siete de las muchas puñaladas infringidas eran mortales de necesidad, fueron absueltos. El papel asignado a la honra de la mujer, como un pecado original, sigue vigente en algunos sitios y en algunas culturas. Ese tema del honor mal entendido y el de la conquista de los derechos de igualdad entre hombres y mujeres en el último siglo. Y hasta qué punto se han conseguido la libertad y el albedrío de la mujer, es tema bien interesante y daría mucho de sí para un debate presencial. Pero lo que yo quiero destacar aquí es el valor de este libro como pieza literaria.
    Lo leí de un tirón en los tiempos en que se publicó, como el que asiste a una crónica negra tan bien hilada que te atrapa. Años después lo leí más despacio y me di cuenta de que al buen reportero que seguramente fue, se unía el gran novelista que ya era García Márquez. Ahora lo he leído más quedo saboreando los detalles. La conclusión, que es una pieza de orfebrería perfectamente montada, sin ningún desperdicio.
    Aparte de la estética idiomática en infinidad de pasajes (solamente la simple enumeración de los personajes es ya un poema: Santiago Nasar, Ángela Vicario, Flora Miguel, Escolástica Cisneros, Divina Flor...), no cabe duda de que tiene todos los ingredientes de una gran novela. Pero lo más destacable desde mi punto de vista es su eficacia narrativa. No hay que olvidar que es una novela con los elementos justos de ficción para sostener el armazón; no añade ninguna información que no sea precisa para mantener la coherencia del relato. Por ejemplo… “nunca se había de aclarar quién fue, cómo y cuándo el verdadero causante de su perjuicio (de Ángela Vicario)”; nos quedamos con las ganas de saberlo. GGM escribe la novela en 1981 sobre hechos reales ocurridos unos años antes. Y con el título ya nos anuncia qué estilo va adoptar. Lo va a contar en forma de crónica sin inventarse nada que no se pudiera saber fehacientemente tras la investigación del narrador. En el 83, el autor afirmó:…”No hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad”.
    Con esos mimbres: la experiencia del narrador (que fue también testigo presencial, cosa que veo como un acierto argumental), los 322 legajos supervivientes del sumario y, sobre todo, la indagatoria con el testimonio de la gente del pueblo, se arma un complejo relato magistralmente urdido. Es fluida la entremezcla de los distintos tiempos narrativos que contiene la novela hasta pasar desapercibidos: Los hechos de la novela ocurren en hora y media, desde el comienzo (en uno de los mejores arranque de novela que conozco): “El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo…” hasta las línea final: “…se derrumbó de bruces en la cocina “. Pero ya en las primeras líneas se anuncia otro ciclo de 27 años. Y el del tiempo que se toma en investigar el sumario y el de las encuestas personales, que son distintos. Y entre medias, el autor hace desfilar a 87 personajes, en muchos casos solo pinceladas que ayudan a componen el fresco. Yo me he sentido estar en Manaure conociendo a todo el mundo. Quizá se podría haber contado de otra manera, pero creo yo que en 136 páginas es imposible contarlo mejor. Narrativamente es perfecta.

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  7. Como habéis hecho unos maravillosos y exhaustivos comentarios sobre el libro no voy a ahondar más en lo que ya destacado por todos.

    Resaltaré sólo algunos aspectos:
    1. La unión entre prosa y poesía que caracteriza el estilo de García Márquez y que Juan ya pone de relieve en su presentación. En “Crónica” hay frases puramente poéticas que son un virtuosismo del manejo de sustituyente y sustituido de que hablaba Carlos Bousoño: Por ejemplo: “la cocina… tenía una respiración sigilosa”, o, al referirse al alcalde (que había aprendido espiritismo por correo), dirá que tenía un “talante rechoncho”. Y, así, varias más.
    2. La morosidad del relato: No cabe duda que el autor se complace en la literatura que crea, en “el placer del texto” que diría Raymond Barthes y, de ahí, su parsimonia en los detalles, su minuciosidad descriptiva y sus juegos semánticos y lingüísticos.
    3. La importancia del papel de la madre de los antagonistas en la transmisión de valores a sus hijos, tanto a los gemelos como a Ángela (ellos educados para ser hombres, las hijas, como mujeres, “para sufrir”.. Y no sé a santo de qué mete aquí Juan la frase sobre las feministas cuando esta concisa descripción de García Márquez es redonda para dar cuenta del sentir de una época). De esta madre, a la que la hija llega a odiar, se dirá más adelante que “era una pobre mujer consagrada al culto de sus defectos”.
    4. El hecho de que la protagonista despechada, causa de toda la tragedia, se acaba enamorando del marido que le han asignado y, a fuerza de escribirle dos mil cartas que él nunca lee, hace que vuelva a su lado. Los dos personajes detonantes de la historia terminan, pues, unidos, como si la muerte del protagonista hubiera sido, al final, en vano.
    5. La argucia de la viaje del obispo, que motiva que todo el pueblo esté en la calle y pueda ser, como un coro griego, testigo de la tragedia. Una tragedia que los vengadores no quieren ultimar pero a la que el coro, a pesar del ruego de estos, no atiende.
    6. Y la última, dirigida concretamente a Esperanza. Aludes en tu comentario al “uxoricidio honoris causa”, que no conocía (en Políticas estudiamos todos los Derechos, menos el Penal), y que Manuel comenta, vía whassap, refiriéndose a la mujer casada o hembra. Pregunta: ¿existió algo similar a la inversa? ¿Había atenuante para la mujer que mataba al marido descubierto “in fraganti”?
    7. Por último, y al margen de este libro, no olvidemos que el término acuñado de “realismo mágico” fue ampliamente explotado por la extraordinaria agente literaria Carmen Balcells, como ella mismo confesó “para hacer dinero”.

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  8. Con las prisas he escrito Raymond Barthes, cuando, como todos sabéis, es Roland Barthes.

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  9. Releyendo, después de muchos años desde la primera lectura, la novela de G.G. Márquez, ”Crónica de una muerte anunciada” me sigue pareciendo una obra literaria excepcional. A los análisis ya hechos por Juan en su presentación inigualable y a los diversos comentarios publicados por varios tertulianos, que asumo en su totalidad y que agradezco, me es difícil en estos momentos aportar un comentario adicional de interés, pero sí transmitir una idea que a través de toda la novela me ha ido asaltando, la profecía de la trama y el título con la situación de pandemia actual. El anuncio de una muerte, comunicada a mucha gente, por muchos medios y que no pudo ser evitada. Si en el futuro algún nuevo Gabo escribiera una crónica sobre ella pregunto que producirá más escalofrío, si la autopsia sin médico y con utensilios de carnicero, echando las tripas a la basura, o las ucis en la primera ola con bolsas de basura y sin protección del personal médico. Muertes anunciadas por todos los medios y no evitadas o minimizadas a pesar de las advertencias.

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  10. El realismo mágico en literatura hizo, hace y hará siempre lo mismo: contar una historia real desmesurando su contenido con ficción. No con una ficción cualquiera; ha de ser una ficción que, por extraordinaria, por inaudita, sorprenda y deje impactado al lector. Un suceso cualquiera, un crimen “de honor” en este caso, en vez de ser contado como lo haría un reportero, lo toma un escritor, lo llena de imposibles y al conjunto lo situa en el mismísimo filo de lo quimérico. ¿No hace Homero, dejando aparte la intervención de los dioses, lo mismo que Garcia Marquez? El realismo escueto solo sirve para informarse. Para disfrutar de una lectura es necesario que esta tenga algo de increíble. El lector, mayormente, desea disfrutar, entretenerse o ¿no es así?

    Nuestra novela es un paradigmática de lo dicho y pertenece por derecho propio a ese género del “realismo mágico”.


    ¿Qué magia? ¿De dónde viene esta? Está claro, de la destreza de su autor. Y hablamos de magia porque a los demás nos es imposible idear, hacer con palabras físicamente las piezas que se necesiten, juntarlas todas sin ningún equívoco y ofrecer al lector un todo coherente, quizás inverosímil, sí, pero creíble. Y más creíble porque cada personaje habla desde su propia condición, es decir, como lo haría en la vida real.


    En resumen, muy buen libro este de Historia de una muerte anunciada. No será fácil que se nos vaya de la memoria. Gracias a quien lo propuso.

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  11. Para responder a la pregunta que me hace Carmen Frías bastaría con escribir un simple adverbio de negación: NO. Pero –y ahí viene el peligro que tenemos los docentes- voy a añadir alguna que otra consideración, que me parece puede resultar de interés, en tanto en cuanto evidencia la insoportable discriminación que tradicionalmente impregnó la regulación del delito de adulterio (despenalizado por una reforma del Código Penal en 1978, propiciada por los conocidos Pactos de la Moncloa firmados un año antes).
    A lo que voy. Mientras que la mujer casada cometía el delito con un único acto de infidelidad, para considerar responsable de este mismo delito al marido se condicionaba al hecho de que “tuviese manceba en la casa conyugal o notoriamente fuera de ella”. Me parece que sobran los comentarios.
    Pero aclararé, por último, que se trataba de un delito que para perseguirlo necesitada que la parte agraviada presentara la pertinente querella (el engañado podía,pues, tolerar la situación) y que también tenía cabida la posibilidad de perdonar a los cónyuges infieles y a sus necesarios “colaboradores”. La pena prevista no era una broma: prisión menor, que podía llegar hasta los seis años de cárcel.






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  12. Muchas gracias por tu estupenda aclaración, Esperanza. En este, como en tantos otros casos, se ve el distinto tratamiento dado por la sociedad a la mujer en el ámbito legislativo como en tantos otros. Menos mal que mucho se ha recorrido, pero aún queda por recorrer. Un ejemplo paradigmático es también la novela que acabamos de comentar: la honra, el honor, la dignidad... de la mujer tenía que ser restituida por los hombres. Horror de horrores de planteamiento; como si ella no fuera capaz de actuar por su cuenta (cosa que hace al final, -y lo considero un gran planteamiento de García Márquez- burlándose de todos). En el caso de nuestro antiguo Código Penal supongo que la alusión al posible perdón iba en la dirección de la posibilidad de que fuera la mujer la que perdonara al marido adúltero, que sería la mayoría de casos ...¡Gracias por tu respuesta!

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  13. Dice Ricardo Piglia (Leímos su novela “ el camino de Ida” en la tertulia) que la novela de García Márquez “ crórnica de una muerte anunciada” puede considerarse como una novela breve entre el cuento y la novela. No se plantea en ella un enigma –que podría resolverse-, ni un misterio, sino más bien un secreto que no puede conocerse porque alguien sabe algo pero no quiere revelarlo para mantener la intriga hasta el final. En la novela corta se cuenta algo, pero a la vez, algo queda pendiente, oculto. En el caso que nos ocupa, García Márquez narra un crimen –Santiago Nasar es asesinado por los hermanos gemelos, los Vicario, hermanos de la novia de Bayardo.
    Llama la atención que la muerte de Santiago sea anunciada varias veces y en diferentes ocasiones. Cabe hacernos varias preguntas: ¿por qué los Vicario anuncian la muerte en vez de llevarla a cabo sigilosamente? Quieren que Santiago conozca la que le espera, ya que Ángela lo denuncia como el que violó su virginidad? O tal vez los hermanos piensan que al anunciar el asesinato alguien los detendrá, no llegarán a cometer el crimen, y de este modo se librarán de la cárcel? Y por último ¿ por qué Ágela culpa a Santiago? No sabemos, hay algo secreto, oculto.

    Otro aspecto que predomina en esta novela es el fatalismo, el destino que marca la obra. El fatalismo (fatum latino), el destino, niega la libertad que pueda cambiar los hechos (era su sino). La necesidad se impone a la libertad. El fatalismo se considera como creencia supersticiosa frente a la ciencia. Esta cuestión suscitó una polémica con la publicación del libro de Jacques Monod: “el azar y la necesidad”.
    Juan ha encuadrado la novela en el conjunto de la obra de García Márquez. Los diferentes comentarios que habéis hecho los tertulianos enriquecen el análisis de la obra.
    Algunos temas que podríamos comentar: Es un valor la virginidad en la actualidad; cómo entender el honor; creemos y tememos a la fatalidad; es lícita la venganza; es posible el imperio del Derecho y la educación en estos casos?
    Manolo Sánchez
    Alicante 24 de febrero

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  14. Elena Escolano.
    Mi comentario sobre Crónica de una muerte anunciada.
    Dos cosas estoy debiéndole a Juan estos últimos días: el haber propuesto como lectura la novela de Gabriel García Márquez “Crónica de una muerte anunciada” y el haberme multiplicado el disfrute de esta lectura con las páginas de su Presentación.
    Es inevitable pensar en García Márquez sin asociarlo a las palabras “Realismo mágico”. La crítica literaria universal coincidió en considerarlo el máximo representante de éste movimiento artístico en su vertiente literaria, y así ha quedado. A mediados de los años sesenta G. M. publicó la novela “Cien años de soledad”, y en ella, cuando describe lo irreal como algo común y cotidiano, lo hace con tal magisterio que bien cabe atribuirle esa feliz consideración.
    Pero yo me atrevo a pensar y a decir, no muy alto, que el libro que hoy comentamos es la exposición de un suceso real, lejos de lo fantástico. Y digo “no muy alto” porque sí me ha parecido ver en ciertos pasajes del relato recursos de ese Realismo mágico. Que yo pueda recordar: la aceptación de que el fantasma de la esposa del “viudo de Xius” se vaya llevando sus enseres queridos de la casa perdida a su casa de la muerte; la alucinación que sufre Divina Flor, tan definitiva para que la puerta sea atrancada y, así, se consuma el crimen; tal vez la fe o la equivocación en la interpretación de los sueños… el bosque de higuerones, la llovizna, los pájaros…
    Sorprendente es el engarce perfecto de tal ramo de casualidades que no puedan impedir el crimen. Hace pensar en un “Fatum”, un fatal destino, ¿una predestinación? Hay mucho de las tragedias del clasicismo griego.
    En estas consideraciones mías sobre la obra no podré evitar coincidir con las de otros compañeros/as, pero ¿cómo no recordar nuestro Siglo de Oro tan pródigo en “lavar” honras manchadas?
    Y mucho me ha hecho sonreír la gracia e ironía finísima de G. G. M. cuando, ya en las primeras páginas, encuentro la frase: ”Yo estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina Cervantes” (Alejandrina es la dueña joven y elegante del prostíbulo local. El adjetivo “apostólico”, aquí, es muy sabroso).
    Otra escena impagable, en lo real, es la del obispo bendiciendo beatíficamente al pueblo mientras el vapor que lo lleva pasa de largo. Y la gente se queda –hay que imaginar sus caras- con los gallos y otros dones escogidos con tanto esmero para satisfacción del eclesiástico.
    Se podría decir tanto… Terminaré preguntándome qué les pasa a las hormonas (?) de Ángela Vicario cuando su marido la devuelve a sus padres por impura. Ella ha ido obligada a la boda, no quiere al novio. Pero en el acto del rechazo en la noche trágica, hay una transformación en sus sentimientos hacia él. Ella acepta su destino pero empieza a escribirle diariamente cartas de amor. ¿Qué ha pasado? ¿La ha enamorado en el momento en que la castiga? Y mi pensamiento vuela a las palabras del dramaturgo portugués-español (s.XVI-XVII) Gil Vicente con que G.G.M. abre la novela: LA CAZA DEL AMOR ES DE ALTANERÍA.
    Los pensamientos, insujetables, también son susceptibles de equivocarse.

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  15. Elena, acertado comentario que aporta aspectos que no habíamos considerado, y además, la elegancia de tu escritura es admirable, como siempre. Gracias por tu comentario.

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  16. Carmiña Lemos Treviño

    Agregar comentarios a la presentación realizada por Juan y el análisis de los compañeros tertulianos es dificultoso.
    Es triste aceptar que las sociedades actuales ,más cultas ,siguen incompetentes y egoístas ante el compromiso con el entorno y las tristezas.
    En cuanto a la crónica que de manera humilde analizamos ,tomo prestada una frase de Ramón "...que es una obra de orfebrería perfectamente montada..."El resultado de esta lectura nos deja absortos y sin palabras. Sucede cada vez que tenemos en nuestras manos una novela de García Márquez.

    El realismo mágico se observa en el gusto por insertar lo extraordinario dentro de la normalidad de lo cotidiano. Lo apreciamos en...."el olor de Santiago Nasar permaneció en los gemelos Vicario días después de la muerte..."entre otros párrafos.
    La narración manifiesta una inclinación por el detalle y la puntualización de todos los pormenores. Agrega matices de ironía, humor, fantasía y sensualismo.
    Respecto a los personajes cobra prioridad el mundo interno de los mismos frente a la descripción física
    tradicional. Ejemplo :"..el padre feliz en su cerco de olvido..." ó " ...la cocina huele a rabia por parte de la cocinera..."
    En la obra se puede apreciar la variación entre distintos puntos de vista del autor, lo narra entre la primera y la tercera persona gramatical . Es crítico sobre lo que ocurre . Posteriormente comentó "Yo quería escribir un libro sobre el cual pudiera ejercer un control riguroso y creo haberlo logrado en Crónica de una muerte anunciada"
    La novela de estructura circular, logra este efecto alterando el orden cronológico de las partes cuarta y quinta. Descubre cierto orden bajo el aparente desorden.
    Una delicia para los lectores.

    Carmiña Lemos Treviño

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