Podría decirse que el cuerpo social es un organismo integrado al modo del de cualquier ser vivo. A excepción de los miembros. Nimguna de sus partes es prevalente sobre las demás;,ni siquiera las que consideramos más nobles, corazón y cerebro. Los elementos más simples, los átomos de sodio, potasio y calcio, si se descabalan, el corazón se detiene o el cerebro descarga un ataque epiléptico. No digamos el oxígeno. Sin él, los minutos de vida están contados.
A mi me parece que el cuerpo social es un ser conjuntado a la misma manera. Este entramado que llamamos civilización, nos comprende a todos, a los encopetados humanistas, mandamases, acumuladores de riquezas, menesterosos.,, Cada individuo elije su cometido y desarrolla capacidades para ponerlo por obra. Dicho esto, arrogarse de importancia un estamento concreto, cuando menos, es temerario. ¿Qué sería del mundo si todos fuéramos violinistas?
Nuccio Ordine, ejemplo de humanista, en este libro, a mi juicio, no hace un memorandum de recomendaciones para ayudar al individuo a que llegue a la cota de la máxima dignidad. Lo que hace es, empinado en la cúspide de una pirámide inexistente, expedir anatemas y excomuniones, dejando a parte el sabio “persuadir y convenceréis”.
Volveré a leer el libro por si descubro en él algo más que erudición y jactancia. No será pérdida de tiempo, porque en él se contiene un recopilatorio divertido de escritores que han colmado de enjundia a la literatura.
ResponderEliminarComentario a Nuccio Ordine.
Podría decirse que el cuerpo social es un organismo integrado al modo del de cualquier ser vivo. A excepción de los miembros. Nimguna de sus partes es prevalente sobre las demás;,ni siquiera las que consideramos más nobles, corazón y cerebro. Los elementos más simples, los átomos de sodio, potasio y calcio, si se descabalan, el corazón se detiene o el cerebro descarga un ataque epiléptico. No digamos el oxígeno. Sin él, los minutos de vida están contados.
A mi me parece que el cuerpo social es un ser conjuntado a la misma manera. Este entramado que llamamos civilización, nos comprende a todos, a los encopetados humanistas, mandamases, acumuladores de riquezas, menesterosos.,, Cada individuo elije su cometido y desarrolla capacidades para ponerlo por obra. Dicho esto, arrogarse de importancia un estamento concreto, cuando menos, es temerario. ¿Qué sería del mundo si todos fuéramos violinistas?
Nuccio Ordine, ejemplo de humanista, en este libro, a mi juicio, no hace un memorandum de recomendaciones para ayudar al individuo a que llegue a la cota de la máxima dignidad. Lo que hace es, empinado en la cúspide de una pirámide inexistente, expedir anatemas y excomuniones, dejando a parte el sabio “persuadir y convenceréis”.
Volveré a leer el libro por si descubro en él algo más que erudición y jactancia. No será pérdida de tiempo, porque en él se contiene un recopilatorio divertido de escritores que han colmado de enjundia a la literatura.
J. Manuel León
4-XI-2023